¿Quién dijo que las redirecciones no eran importantes?
Principalmente hay dos tipos de redirecciones interesantes a nivel de SEO: la 301 y 302.
- Una redirección 301 es un recurso imprescindible para mover, eliminar y consolidar páginas. Consiste en enviar directamente a un usuario o buscador de una url a otra. Es útil cuando por ejemplo te has cambiado a otro dominio. Si pones una redirección 301 enviarás a todos los usuarios que entren en tu antiguo dominio al nuevo automáticamente.
- Una redirección 302 envía el tráfico de una página a otra. Solo se utiliza cuando el cambio es temporal, por ejemplo, tienes una sección de la web en “obras”. Es una redirección más lenta y entorpece la usabilidad
La pregunta que suele surgir es cuándo utilizar una u otra. La respuestas es bastante sencilla, si el cambio es permanente SIEMPRE utilizaremos una redirección 301. La razón es que este tipo de redirección pasa casi la totalidad del page rank del antiguo dominio. Esto quiere decir que recuperamos todos los esfuerzos SEO que hicimos para posicionar la antigua página y Google ya sabe que te has cambiado a la nueva pero que sigues siendo el mismo.
Aunque parece poco improbable que puedas llegar a necesitar una redirección, todas las webs las acaban necesitando. Por ejemplo, tienes un producto en tu tienda online desde hace mucho tiempo y por alguna razón le vas a cambiar el nombre, actualizarlo por una versión más moderna o simplemente cambiar la url. Lo normal sería crear un producto nuevo. Sin embargo así estaríamos perdiendo todo el esfuerzo SEO y los enlaces que durante años hemos tenido para ese producto. ¿Te imaginas tirar todo el trabajo por la borda? El principal problema es que un producto nuevo tardará un tiempo en posicionarse, mientras que el antiguo ya esta posicionado y no lo estamos aprovechando.
Un ejemplo real de las consecuencias de no utilizar bien las redirecciones (bueno no utilizarlas directamente) es la pérdida de tráfico orgánico. En este caso todos los años sacaban una nueva versión del producto e incluían en la url el año correspondiente. La url cambiaba todos los años pero nunca se hizo una redirección por lo que el esfuerzo del año pasado se perdía y había que empezar de cero.
Hace un par de meses hubo un caso muy sonado. El Corte Inglés rediseñó su web. Aparte de la parte estética, reestructuró el contenido, cambiando sí o sí las urls de las categorías y de los productos. Se hicieron redirecciones, pero la mayoría de ellas estaban mal redireccionadas, es decir, redirigen a contenidos irrelevantes o que no tienen nada que ver con la palabra clave o la URL anterior. Es decir, la antigua página de electrodomésticos por ejemplo ahora llevaba a un listado en vez de a la página nueva de electrodomésticos. Las consecuencias fueron inmediatas. Desapareció de la primera página de Google para casi todos los productos y categorías. Volvió al volumen que tenía en 2013!